NIÉGATE A TI MISMO
Luego Jesús dijo a sus discípulos: “Si alguien quiere ser mi
discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme” (Mateo 16:
24)
Después de su viaje de graduación alrededor del mundo,
William Borden se matriculó en la Universidad de Yale para completar su educación,
A pesar de disfrutar de una gran fortuna, William había decidido que no
llamaría la atención sobre sí mismo. Había entregado su vida “Sin Reservas” a Dios y lo único que deseaba era honrarlo.
Durante el primer semestre que estuvo en Yale, William
empezó a reunirse antes del desayuno con uno de sus compañeros para orar,
William leía un pasaje corto de la Biblia con una promesa y después dedicaban
un tiempo para orar y reclamar esa promesa. Al poco tiempo un tercer amigo se
unió al grupo. Ese fue el inicio de un reavivamiento que transformó el campus
de la universidad. Al final del primer curso, ciento cincuenta estudiantes se
reunían semanalmente para estudiar la Biblia y orar. Cuando William se
graduó de su carrera, de los mil
trescientos estudiantes de Yale, un millar se había unido a aquellos grupos de
estudio de la Biblia y oración.
Pensarás que este enorme reavivamiento fue el resultado de
un trabajo especial del Espíritu Santo y tienes razón. Sin embargo, esto no
hubiera ocurrido sin la firme determinación de William. Y es que era firme como
una roca. Cuando su grupo de oración hubo crecido un poco, hizo planes para
alcanzar a todos los estudiantes de la universidad. Con tal fin, cada miembro
de su grupo recibió el encargo de predicarle el evangelio a uno de ellos.
Cuando en la lista aparecía el nombre de algún estudiante especialmente hosco o
incorregible, un silencio incómodo se apoderaba de la sala. Nadie quería
aceptar la responsabilidad de alcanzar a esa persona. Tiempo después sus amigos
descubrirían que William había escrito su agenda: “Dí no al yo y sí a Jesús,
siempre”
En la medida que te acerques a Dios, crecerá en ti el deseo
de alcanzar a otros con el Evangelio. Es posible que Dios te haya llamado para
una obra especial como misionero pero no cometas el error de esperar para
actuar. Dios, al igual que hizo con William, quiere empezar a usarte en el
lugar donde estás. En la medida en que aprendas a “no retroceder” ante los
desafíos, Dios te dará éxitos que irán más allá de lo que jamás soñaste.
Tomado de
Meditaciones Matinales para Jóvenes
Sabías que?
Félix Cortez
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