“LA ÚLTIMA GRAN SELECCIÓN”
Pondrá las ovejas a su derecha, y las cabras a su izquierda (Mateo 25: 33)"
«Nos ordenaron formar en dos filas, una de mujeres y otra de hombres, para desfilar ante un oficial de alta graduación de las SS (los escuadrones de seguridad de la Alemania nazi).
Era un hombre alto y delgado, impecable y reluciente que le sentaba perfectamente. Había adoptado una posición aparentemente relajada, sujetándose el codo derecho con la mano izquierda. Movía con parsimonia el dedo índice de su mano derecha hacia un lado o hacia el otro, hacia la derecha o hacia la izquierda.
»En aquellos momentos ignorábamos totalmente el siniestro significado de aquel leve movimiento de su dedo: apuntaba unas veces a la izquierda y otras a la derecha, con mayor frecuencia hacia la derecha.
»Al atardecer nos explicaron el significado del “juego del dedo”. Se trataba de la primera selección el primer veredicto sobre nuestra aniquilación o nuestra supervivencia. Los pocos que nos habíamos salvado, del numeroso grupo inicial, conocimos la verdad aquella misma noche. Pregunté a los reclusos antiguos si sabían el posible paradero de mi amigo y colega P.
»—¿Lo enviaron a la izquierda?
»—Sí —contesté.
»—Entonces allí lo tienes —fue la respuesta.
»—¿Dónde?
»Su mano señaló una chimenea situada a unos cientos de metros de nosotros, qué escupía una llamarada de fuego al cielo gris de Polonia.
»—Allí flota tu amigo elevándose hacia el cielo —contestaron con brusquedad—. Aún así no alcance a comprender del todo sus palabras. Tuvieron que explicarme la verdad en toda su crudeza».
La enorme injusticia de esta escena nos impide compararla sin explicaciones con la justa escena que menciona nuestro texto. Los judíos y los otros que murieron en las cámaras de gas de los campos de exterminio de los nazis eran inocentes. El Holocausto constituyó una de las injusticias más grandes de la historia. La frialdad con que el elegante oficial de las SS desviaba el dedo hacia la derecha o hacia la izquierda es espeluznante: decretaba la vida o la muerte con solo mover un dedo.
Cuando el gran juez envíe a la derecha o a la izquierda a todos los seres humanos en el juicio final, sencillamente les indicará el camino que eligieron libre y voluntariamente. Elijamos con sabiduría hoy. Dios nos ha dado la libertad de elección para que decidamos personalmente nuestro destino. ¿Qué decisión tomarás?
Tomado de: Meditaciones Matinales para Jóvenes 2013
“¿Sabías qué…?”
Por: Félix H. Cortéz
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